Es una evidencia que el sector de la construcción está viviendo de nuevo un crecimiento muy notable y vislumbrando unas expectativas muy positivas.

La apuesta por la eficiencia energética, los modelos constructivos sostenibles y la adecuación de los estándares de ejecución a las nuevas normativas del CTE está abriendo más y mayores posibilidades futuras en este sector.

Por añadidura, las tan deseadas inyecciones de fondos europeos Next Generation están destinadas en un amplio porcentaje a la mejora en rehabilitación, con lo que la senda de crecimiento se extiende a unos cuantos años.

Sin embargo, no todo son buenas noticias, puesto que este sector se enfrenta a un verdadero problema: el relevo generacional.

Una mano de obra envejecida, donde la mayoría de sus trabajadores supera los 40 años (con media de 46) y otros muchos están a las puertas de la jubilación, es la radiografía actual a la que se enfrentan empresas instaladoras y constructoras.

Los jóvenes prefieren apostar por otro tipo de profesiones y huyen de la construcción, donde solo el 9% de sus empleados son menores de 30 años.

El punto de partida comenzó en la crisis económica de 2008, donde la construcción fue uno de los sectores más afectados. Llegó a perder casi dos tercios de sus afiliados a la Seguridad Social, pasando de 2,8 millones a 700.000. Esto provoco un éxodo masivo de los jóvenes que apostaron por otro tipo de formación académica

En un plazo muy corto de tiempo y debido a las ayudas que en materia de rehabilitación van a llegar de Europa, se estima que la demanda de mano de obra va a incrementarse de manera notable hasta llegar a una necesidad real de más de 2 millones  de trabajadores.

Además, esta mano de obra deberá de tener una cualificación adecuada acorde con la nueva concepción de la ejecución de los proyectos.

El camino puede ser apostar por la construcción industrializada que se presenta como una opción a la construcción tradicional, ya que utiliza procesos y técnicas innovadoras y sobre todo se caracteriza por la producción en taller de componentes que se transportan a su ubicación final para su ensamblaje.

La construcción industrializada es un sistema seguro, rentable y rápido de instalar además de sostenible desde el punto de vista medioambiental.

Este tipo de construcción que ya es una realidad en otros países de nuestro entorno será una apuesta necesaria en el nuestro para suplir las carencias de este relevo generacional.

 

Javier González

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