No voy a descubrir nada nuevo si os digo que vivimos en una sociedad cada vez más ruidosa como consecuencia de nuestra actividad diaria y que genera muchas molestias con efectos preocupantes en nuestra salud.

Los ruidos producidos por el tráfico, la actividad comercial e industrial y los generados en recintos cerrados (bares, oficinas, colegios, hospitales ,polideportivos etc.) forman parte del paisaje diario de nuestras ciudades.

Como profesional del acondicionamiento acústico, me gustaría hablar en concreto de aquellos que se producen en recintos cerrados y la manera de erradicarlos o, al menos, de mitigar sus efectos.

¿Quién no se ha sentido realmente molesto cuando está disfrutando de una cena esplendida y sin embargo no eres capaz de estar más tiempo en ese restaurante por la imposibilidad de mantener una conversación en un tono razonable?

O ¿quién no se ha sentido en alguna ocasión incapaz de concentrarse en su lugar de trabajo porque está escuchando todas las conversaciones de las personas que le rodean y que elevan la voz al sentir que no son capaces de escuchar y de escucharse, produciendo un efecto en cascada que va cada vez más en aumento?

 

En muchos de estos casos la solución no es compleja y además no requiere una inversión cuantiosa.

Existen gran variedad de posibilidades a la hora de proponer un corrector acústico que permita reducir los tiempos de reverberación y procurar confort acústico en un recinto cerrado.

Antes de determinar las necesidades del recinto en concreto que queramos acondicionar, es necesario realizar una medición acústica previa.

Esta medición se conoce como RT- 60 y consiste en medir el tiempo que tarda un ruido en bajar 60 dB desde que se produce.

Una vez que tengamos el resultado, podremos acudir a distintas soluciones para acondicionar acústicamente el recinto o lugar: bafles, islas acústicas, cuadros acústicos, techos perforados con lana en su interior…todos ellos fabricados en diferentes materiales, tan nobles como la madera y el yeso, o tan versátiles como las lanas minerales, espumas de diferentes composiciones, poliéster etc.

En todas ellas la combinación de la eficacia con la estética las hace altamente recomendables.

Os animo a todos aquellos propietarios de negocios donde la reverberación es un problema evidente que apostéis por el confort acústico.

Seguro que vuestros clientes, vuestros trabajadores y en general las personas que pasen por vuestras instalaciones os lo agradecerán y seguro que os recompensarán.

Os dejo un interesante enlace sobre las patologías relacionadas con la contaminación acústica.

https://youtu.be/LCg8rQDlhgI

 

Hoy firma:

Javier González

 

 

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